Declaración de la CME con motivo del Día Mundial de los Profesores 2023
Declaración de la CME con motivo del Día Mundial de los Profesores 2023
"Los profesores que necesitamos para la educación que queremos: El imperativo global para reservar la escasez de profesores"
La Campaña Mundial por la Educación invita a todos los miembros de la sociedad a reconocer el papel fundamental que desempeñan los profesores en la provisión de educación para todos y, más ampliamente, por su contribución a la transformación positiva de nuestras sociedades.
Si bien los profesores son unos de los actores más influyentes necesarios para lograr el ODS 4 y hacer realidad el cumplimiento del derecho humano a la educación, las cuestiones de la formación de los mismos, la remuneración justa y competitiva, las condiciones de calidad profesional, el reconocimiento social y su nivel de vida a menudo se ven socavadas en las políticas educativas y sociales. Por lo tanto, además de una oportunidad para agradecer a los profesores su aporte a nuestras sociedades, el día de hoy es una gran oportunidad para destacar algunos de los muchos desafíos claves que enfrentan los docentes en todos los rincones del mundo, especialmente en los países del sur global, para ejercer su profesión con dignidad y respeto.
La CME observa con preocupación la baja remuneración de la profesión docente en muchos países, que deja a muchos profesores viviendo por debajo del umbral de la pobreza. También debería preocuparnos a todos que, en lugar de políticas globales para mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los profesores, las políticas de austeridad impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional las estén socavando. De hecho, debería ser motivo de preocupación para todos los miembros de la comunidad educativa, como para los estudiantes, los padres y, más fundamentalmente, los gobiernos y las instituciones internacionales, el hecho de que muchos profesores vivan con menos de un dólar al día.
Las crisis de la deuda, sobre todo, aunque no es únicamente, en los países de renta baja y media, están poniendo en peligro la contratación y formación de los profesores necesarios para garantizar una educación de calidad para todos y todas. En lugar de invertir en brindar a dichos docentes las competencias y la formación que necesitan para impartir una educación de alta calidad a todos los estudiantes para que alcancen su máximo potencial, los países que se enfrentan a problemas de pago de deuda externa están pagando intereses que comprometen aún más el cumplimiento del derecho de todos a la educación.
La CME pide a los gobiernos y a la comunidad internacional en general, especialmente al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional, que reconozcan los impactos negativos de los créditos bilaterales y multilaterales abusivos sobre el derecho a la educación y que adopten una política global para aliviar o cancelar la deuda en esos países.
Junto con las políticas de austeridad mencionadas, las crisis de la deuda limitan la posibilidad de que los países contraten a nuevos profesores y, por tanto, agudizan aún más el déficit de docentes[1] . La falta de profesores compromete la calidad de la educación y las condiciones de trabajo de los mismos. Esto incluye aulas abarrotadas, agotamiento y falta de motivación entre estudiantes y profesores, todo lo cual tiene un impacto negativo en los resultados de aprendizaje de los estudiantes[2] .
La CME está especialmente preocupada por la difícil situación a la que se enfrentan los docentes en las zonas afectadas por conflictos y post-conflicto, en las que sus vidas corren a menudo peligro, y hace un llamamiento a todos los actores estatales y no estatales para que respeten las vidas de los docentes y, en consonancia con el derecho internacional humanitario, reconozcan y respeten su derecho a permanecer neutrales. En el periodo 2020/2021 La Educación No Puede Esperar reportó más de 630 ataques contra estudiantes, profesores y otro personal educativo. En estos ataques, más de 2 400 estudiantes o personal educativo fueron heridos, asesinados, secuestrados o amenazados, y alrededor de 2 300 fueron arrestados o detenidos.
Asimismo, los profesores se enfrentan a importantes retos en contextos de cambio climático, catástrofes y emergencias relacionadas con conflictos. Enseñar a alumnos que han vivido en primera persona la destrucción de sus casas y escuelas a causa de catástrofes naturales o conflictos exige una formación especial y un apoyo específico para poder ayudar a niños y jóvenes con trastornos mentales.
Las condiciones de los profesores que trabajan en situaciones de emergencia, especialmente en contextos de refugiados, son motivo de especial preocupación para el movimiento de la CME. A menudo se enfrentan acondiciones de trabajo más desiguales y con frecuencia carecen de cualificaciones docentes y de oportunidades de desarrollo profesional. Los docentes de origen refugiado se enfrentan a otras desigualdades adicionales. A menudo no se les incluye en los planes nacionales ni tampoco se les asignan recursos para contratarlos y mejorar sus condiciones de trabajo y de vida.
La CME anima a todos los gobiernos y a la comunidad internacional a proteger la vida de los docentes, a reconocer su incomparable contribución a nuestros sistemas educativos y sociedades, y a aumentar la inversión en sistemas educativos públicos de calidad. Solo con el reconocimiento material y social del papel de los docentes y una financiación sostenible podrán las sociedades garantizar sus derechos laborales y sus condiciones de trabajo y así avanzar en torno al ODS4.
[1] En 2016, el Banco Mundial estimó la escasez mundial de docentes en 69 millones. Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo mundial 2018: Aprender a hacer realidad la promesa de la educación, 2018.
[2] Véase Okeke, C. I., y Mtyuda, P. N. (2017). Insatisfacción laboral docente: Implicaciones para la sostenibilidad docente y la transformación social. Journal of Teacher Education for Sustainability, 19(1), 54-68; Goldhaber, D., Lavery, L., & Theobald, R. (2015). ¿Campo de juego desigual? Assessing the teacher quality gap between advantaged and disadvantaged students. Investigador educativo, 44(5), 293-307.