Entre el 8 y el 16 de julio de 2019 tuve la oportunidad, en mi calidad de Presidente de la Unión Europea de Estudiantes, y con el pleno apoyo de la Campaña Mundial por la Educación, de participar en el Foro Político de Alto Nivel que se llevó cabo en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Permítanme comenzar diciendo que esta fue la primera vez que participé en un foro como este, y tenía muchos sentimientos y expectativas contradictorias antes de llegar a Nueva York.

Durante este foro, se debatieron los seis Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): garantizar una educación de calidad y equitativa (4); promover el crecimiento económico sostenido,  inclusivo y sostenible, además de un trabajo decente para todos (8); reducir las desigualdades (10); combatir el cambio climático (13); promover sociedades pacíficas, justas e inclusivas para el desarrollo sostenible (16); y fortalecer los medios de implementación (17). Asimismo, se debatieron las actualizaciones sobre el progreso y los desafíos y si los esfuerzos estaban encaminados en torno al cumplimiento de la Agenda 2030.

Aún no estamos encaminados para alcanzar los ODS

Junto con el resto de los socios organizadores, reunimos al Grupo de Partes Interesadas de la Educación y el Sector Académico (EASG por sus siglas en inglés), cuyo objetivo era presentar la agenda educativa y expresar sus preocupaciones sobre el tema de la privatización y comercialización de la educación y otros riesgos a los que actualmente se enfrenta el sector educativo. Fue bastante decepcionante ver que, cuando llegamos a la revisión del ODS 4, la mayoría de las intervenciones hablaron de los lejos que estamos de lograr este objetivo, y se hizo muy poco hincapié en cómo hacer realidad una educación de calidad para todos.

Este fue también el caso de la mayoría de las otras revisiones, que presentaban escenarios contradictorios que variaban desde revisiones muy optimistas (y me atrevo a decir poco realistas) de ciertos países, a otras, demasiado pesimistas. Fue muy difícil encontrar un camino intermedio, que reconociese la realidad a la vez que propusiese una vía concreta a seguir.

La importancia de los eventos paralelos

Junto con todos los eventos oficiales, también se llevaron a cabo muchos eventos paralelos, en los que sentí que los debates eran más honestos y completos. El EASG organizó una de estas sesiones, con el título de «La educación y el aprendizaje a lo largo de toda la vida en la entrada de la agenda global«, y que además produjo debates muy productivos sobre el papel de los datos en la educación, los mitos que rodean nuestra falta de progreso en el ODS4 y el progreso según lo perciben los maestros, como partes interesadas muy importantes a la hora de alcanzar este objetivo. La UNESCO organizó otro evento paralelo muy interesante que consistió en un panel en la que se habló del tema de una «educación de calidad relevante, equitativa e inclusiva para todos: un imperativo para el siglo XXI«. Este debate de alto nivel contó con discusiones muy honestas sobre el papel de la educación, la capacitación profesional, el aprendizaje permanente y la investigación como motores clave para el desarrollo sostenible. Asimismo, se reafirmó y destacó la interrelación entre los ODS y el papel central del ODS4. También se presentaron recomendaciones concretas con respecto a la forma de cómo lidiar con el lento progreso del ODS4 (o incluso la falta del mismo).

Un papel crucial para la sociedad civil

Para resumir mi experiencia en el FPAN (HLPF en inglés), yo diría que nosotros, como OSC, tenemos un papel crucial que desempeñar a la hora de llevar estos debates a las bases, y viceversa; a la hora de llevar los debates de base a los FPAN. Ahora me doy cuenta más que nunca de la fuerte voz o llamamiento que necesitan las OSC para mantener al representante del país firme y honesto en sus informes. Se podrían haber limitado en su tiempo las intervenciones de las OSC y las partes interesadas, pero también estoy seguro de que éstas fueron las que emitieron los mensajes más contundentes y las declaraciones más veraces.

Tengo que admitir que tuve mis momentos en los que dudé de lo valioso que era todo el proceso (particularmente la burocracia existente) pero ahora, especialmente que he tenido tiempo de reflexionar sobre lo sucedido, entiendo cuán cruciales han sido estos debates. Estos foros no son cruciales para que los países sean demasiado optimistas o pesimistas o para presumir o ser mal vistos. Sin embargo, sí que son cruciales para reunir a personas de todo el mundo (que representan los grupos más grandes de personas y las minorías más pequeñas), para apoyarse mutuamente y para garantizar que se haga realidad nuestro sueño común de conseguir un futuro mejor, en medio de todos los obstáculos que nos encontramos en el camino.

Robert Napier es el presidente de la Unión Europea de Estudiantes(2019-2020). Anteriormente, fue nombrado vicepresidente para el período 2018-2019. Tiene una licenciatura en derecho (con honores) y una maestría en defensa de la Universidad de Malta. Robert tiene pasión por los Derechos Humanos y está muy interesado en que se garantice la comprensión y la puesta en marcha de la Dimensión Social dentro del sector de la Educación Superior. La agenda 2030 también se encuentra dentro de la cartera de Robert, junto con su trabajo en el Proceso de Bolonia y el Espacio Europeo por la Educación.

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La Campaña Mundial por la Educación (CME) es un movimiento de la sociedad civil cuyo objetivo es acabar con la exclusión en la educación. La educación es un derecho humano básico, y nuestra misión es asegurarnos de que los gobiernos actúen ahora para hacer realidad el derecho de todos a una educación pública, gratuita y de calidad.