¿Cómo pueden la educación y el aprendizaje de por vida ayudar a garantizar que los patrones de producción y consumo son sostenibles, aportan habilidades para la creación de industria verde, orientar la educación superior y la investigación hacia la innovación verde, y puede jugar un papel en la transformación de sectores económicos clave, como la agricultura, en la que se basan tanto países y hogares ricos, como pobres? Desvelemos los vínculos entre el ODS4 y ODS7 (energía limpia), ODS8 (trabajos decentes), ODS9 (industria) y ODS12 (consumo).

1. Habilitar las innovaciones científicas en energía limpia

Una de las metas clave de la educación es preparar a la población para su futuro, que incluye la mejora del conocimiento y el desarrollo de capacidades tecnológicas para el desarrollo sostenible. Se trata de una tarea educativa extremadamente urgente, que debe conducir a la producción de servicios de energía sostenible en países en desarrollo utilizando sus propios recursos.

Debido a la escasez crítica de personal capacitado para desarrollar, diseñar, financiar, crear, operar y mantener proyectos de energías renovables, los sistemas públicos de educación superior deben fortalecerse para que puedan aportar el conocimiento y los servicios adecuados para pasar a sistemas de energía bajos en carbono.

La educación en energía limpia empoderará a los estudiantes para comprender cómo, las decisiones tomadas en casa, en la escuela y dentro de sus comunidades, influyen en el medioambiente. Abordar la energía limpia en la escuela también puede introducir a los estudiantes en las interesantes innovaciones en el cambiante mundo de la energía. Lo que quizá sea más importante,estudiar energía limpia permitirá a los estudiantes aplicar ideas creativas para resolver problemas ambientales.

También es necesario mejorar los procesos de la educación no formal que buscan concienciar al público general sobre energías renovables y la responsabilidad ciudadana implicada en su implementación.

 2. Apoyar el crecimiento económico y el trabajo decente

Los sistemas educativos basados en derechos humanos cultivan la noción de que el crecimiento económico no debe considerarse una aspiración en sí misma, ya que no siempre beneficia a las poblaciones empobrecidas y, a menudo, la distribución de la riqueza es desigual. El crecimiento debe ir de la mano de la calidad de vida y un acceso igualitario a las oportunidades.

Aunque la educación es valiosa en sí misma, no sólo para encontrar un buen trabajo y contribuir al crecimiento económico, existe a necesidad de reforzar los vínculos entre educación, trabajo y empleo. A pesar del progreso logrado para reducir las tasas de desempleo en todo el mundo, las oportunidades de empleo siguen sin estar abiertas para todos. En varias regiones del mundo, las oportunidades para encontrar trabajo están más relacionadas con el género, la etapa de vida, y el trasfondo social, cultural y étnico. La educación post-secundaria y superior pueden jugar un papel importante en el desarrollo de las habilidades necesarias entre los individuos y entre economías para un trabajo decente y productivo. Los jóvenes con educación post-secundaria que viven en países de ingresos bajos y medios, tienen muchas más oportunidades de encontrar un trabajo decente que aquellos que sólo tienen una educación primaria o secundaria (OIT, 2014).

Además, las economías sufren rápidos cambios y alteraciones provocadas por los avances tecnológicos. Esto exigirá cada vez en mayor medida a los sistemas educativos una educación y formación vocacional técnica (TVET), una educación terciaria y un aprendizaje de por vida, sólidos. Deberá emplearse una metodología que abarque todos los sectores para considerar las rutas de movilidad entre la educación básica, la TVET y la educación superior. La educación superior, a través de su producción de investigación y su vinculación con negocios y gobiernos, también juega un papel fundamental en la creación de trabajo decente fomentando la innovación y las estrategias para el crecimiento económico sostenible.

3. Acelerar la innovación sostenible

La educación y la investigación son vitales para hacer avanzar la industria, la innovación y la infraestructura. La investigación pública financiada de alta calidad puede traer nuevas ideas para desarrollar procesos industriales, infraestructuras y sistemas de transportes que harán a los negocios más competitivos y sostenibles. El descubrimiento de materiales inofensivos con el medioambiente, técnicas de producción y medios de transporte, por ejemplo, reducirán los impactos sobre el clima.

En términos de innovación, la financiación de la investigación, sobre todo en universidades públicas, podrá apoyar a los estados para que desarrollen sectores clave de sus economías, mejoren la productividad y aumenten su participación en mercados regionales y globales. Las inversiones para mejorar las técnicas de producción también tendrán como resultado una mejoría en las condiciones laborales, especialmente en el caso de trabajos que pueden comprometer la salud y la integridad física de los trabajadores.

Para activar este ciclo positivo de producción, comercialización y comercio ecológicos, los gobiernos deberán invertir en educación pública y especialmente en el desarrollo de una agenda de investigación pública en línea con las necesidades de las economías globales, incluyendo pequeña y mediana empresa en áreas rurales y urbanas. Esto es de especial urgencia en países de ingresos medios y bajos, que se están quedando cortos en la inversión en investigación y desarrollo necesarios para que sus economías sean más justas y sólidas.

 4. Promoción de estilos de vida sostenibles

El amplio rango de metas propuestas en el ODS7 deja claro el objetivo no reductivo perseguido por la agenda de desarrollo sostenible en educación. Los estilos de vida sostenibles son un propósito relacionado con la adquisición de valores, habilidades y conductas, que permiten el uso de bienes de consumo en completa armonía con la sostenibilidad de los ecosistemas y con culturas de paz y derechos humanos. La educación medioambiental anima a estilos de vida sostenibles, reducción de residuos, uso mejorado de la energía, aumento del uso de transporte público, apoyo de políticas a favor del medioambiente, y el activismo medioambiental. Algunas escuelas han adoptado el método de la ‘escuela completa’ para la educación medioambiental. Las investigaciones muestran mejoras en la ética de las escuelas y la salud y el aprendizaje de los estudiantes, y reducciones en la huella ecológica de las escuelas.

La educación debe cuestionar los métodos utilitarios que estimulan el consumo irracional, y en su lugar deben promover cambios de conducta que incluyan la adopción de prácticas sociales que contribuyan a una reducción del carbono, la eficiencia de los recursos y una sociedad sostenible y un crecimiento económico sin degradación medioambiental.

5. Contribuir a la seguridad alimentaria

La educación es fundamental para la producción sostenible de alimentos y la seguridad alimentaria. La educación aporta a los futuros agricultores las habilidades y el conocimiento crítico sobre las dificultades de la sostenibilidad en la agricultura. La formación vocacional y las políticas de capacitación estrechan la brecha entre agricultores y nuevas tecnologías. Los programas de alfabetización y ampliación agrícola pueden ayudar a los agricultores a aumentar la productividad, mientras que la investigación agrícola conectada con la educación terciaria ayuda a producir innovación dirigida a un aumento de la sostenibilidad.

Autores: Luis Eduardo Perez Murcia, Vernor Munoz

Fuentes de cotizaciones: EASG position papers

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La Campaña Mundial por la Educación (CME) es un movimiento de la sociedad civil cuyo objetivo es acabar con la exclusión en la educación. La educación es un derecho humano básico, y nuestra misión es asegurarnos de que los gobiernos actúen ahora para hacer realidad el derecho de todos a una educación pública, gratuita y de calidad.