Declaración de la CME en ocasión de la Tercera Conferencia Mundial de Educación Superior de la UNESCO

GCE statement

En ocasión de la Tercera Conferencia Mundial de Educación Superior de la UNESCO, la Campaña Mundial por la Educación desea reafirmar su constante apoyo a la educación superior, reconociendo su importancia primordial en la realización de todos los derechos humanos y la Agenda para el Desarrollo Sostenible.

La educación superior es una obligación central de los Estados. Deberá hacerse igualmente accesible a todos, por todos los medios apropiados, en particular mediante la implantación progresiva de la enseñanza gratuita (Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, art. 13 c).

A pesar de este mandato, la CME lamenta el deterioro del acceso a la educación superior en muchas regiones del mundo y lamenta especialmente los alarmantes niveles de privatización y mercantilización, que se han agravado debido a la competencia exacerbada entre las grandes cadenas transnacionales de educación universitaria, debida, en parte, al debilitamiento de la financiación pública de la educación superior.

La CME reafirma que la educación superior no es una mercancía sino una parte constitutiva del derecho a la educación y un elemento crucial para garantizar la continuidad del aprendizaje a lo largo de la vida.  Los Estados deben garantizar la financiación de la educación superior, asegurar su autonomía y avanzar en su universalización hasta convertirla en un sistema libre de tasas y plenamente articulado con todos los niveles educativos. En este sentido, responde adecuadamente a la diversidad cultural de las sociedades y capacita especialmente a las comunidades históricamente excluidas.

Esta ambición por la democratización también debería desafiar a la UNESCO a redoblar sus esfuerzos para organizar y consultar permanentemente a las organizaciones de educadores y estudiantes, y especialmente a los trabajadores universitarios, para garantizar que los sectores corporativos no sigan empobreciendo los espacios de gobernanza de la educación global ni limitando el carácter público de la educación superior y su papel emancipador.

La CME pide a los Estados y a la comunidad internacional que reafirmen su obligación de financiar una educación superior pública de calidad y que regulen la oferta privada para evitar el endeudamiento de los estudiantes y sus familias. Es urgente reorientar la educación superior hacia los objetivos establecidos por el derecho internacional de los derechos humanos, centrándose en la transformación de las sociedades para la convivencia democrática, la igualdad y el desarrollo sostenible.

Estos objetivos sólo pueden alcanzarse con el reconocimiento de condiciones docentes dignas, la libertad académica y la mejora continua de la investigación, que sólo pueden lograrse con una financiación pública adecuada.

La CME también anima a los gobiernos y a la comunidad internacional a dar prioridad a la inversión en políticas educativas que aborden las necesidades específicas de las personas afectadas por los conflictos, la violencia, las violaciones de los derechos humanos y los desplazamientos dentro y fuera de las fronteras. Actualmente somos testigos de la falta de oportunidades de educación superior para las estudiantes en Afganistán sólo por el hecho de ser mujeres. El mundo también está presenciando un desplazamiento masivo de estudiantes debido a la guerra en Ucrania. ¿Está el mundo, y en este caso concreto los países europeos, preparado para atender las necesidades educativas de esos cientos o quizás miles de universitarios que se han visto obligados a abandonar sus estudios? ¿Podemos anticipar soluciones inmediatas para esos cientos de miles de estudiantes de África, Oriente Medio y América Latina que dejaron la universidad hace años a causa de los conflictos y la guerra y que nunca han podido reanudar su educación?

Son cuestiones que necesitan una respuesta inmediata por parte de los gobiernos y de la comunidad internacional. Más importante aún, todos estos retos exigen su respuesta inmediata y eficaz. Todos sabemos bien que la educación abre innumerables oportunidades para el desarrollo individual y social, sin embargo, el estado actual de la educación demuestra que estamos abandonando a millones de alumnos y este mismo hecho obstruye de forma irreversible sus oportunidades y el ejercicio de sus derechos.

La CME también llama la atención sobre la necesidad de debatir el tipo de educación que merece nuestra sociedad y aboga por una educación que abarque la diversidad, la creatividad,[1] y en la que los estudiantes desarrollen habilidades críticas para cuestionarse a sí mismos y a la sociedad en la que vivimos.[2] Es promoviendo el libre arbitrio, el respeto a los derechos humanos de todos, el respeto a la naturaleza y al medio ambiente, y el pensamiento crítico que todos, como sociedad global, podemos esperar transformar positivamente nuestros sistemas educativos y afrontar los retos actuales y futuros.

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[1] Ver Cachia et al. (2010) Creative Learning and Innovative Teaching. Informe final del estudio sobre la creatividad y la innovación en la educación en los Estados miembros de la UE, Centro Común de Investigación (CCI), Comisión Europea, Luxemburgo (JCR 62370).

[2] Ver Granados, J. (2018). The Challenges of Higher Education in the 21st Century. Blogs de la Red Universitaria Global para la Innovación. https://www.guninetwork.org/articles/challenges-higher-education-21st-century. Obtenido el 13 de mayo de 2022.

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La Campaña Mundial por la Educación (CME) es un movimiento de la sociedad civil cuyo objetivo es acabar con la exclusión en la educación. La educación es un derecho humano básico, y nuestra misión es asegurarnos de que los gobiernos actúen ahora para hacer realidad el derecho de todos a una educación pública, gratuita y de calidad.