En 2015, los líderes mundiales se comprometieron a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Marco para la acción (FFA) Educación 2030, en los próximos quince años, lo que suponía la agenda de desarrollo mundial más ambiciosa de la historia. En lo que respecta a la educación, esto incluye la promesa de ‘garantizar una educación inclusiva e igualitaria de calidad y promover oportunidades de aprendizaje de por vida para todos y todas, para 2030‘, independientemente del contexto personal, social o político.
Estas metas tan ambiciosas, deben pagarse. Debido a que la educación es fundamental para el alcance de todos los objetivos de desarrollo, si no se realizan las inversiones adecuadas en educación se pone toda la nueva agenda en riesgo. La inversión en educación hoy, es fundamental para financiar un mejor futuro mañana.

A pesar de las esperanzas y promesas, en 2018 seguimos inmersos en una crisis educativa mundial.

  • La tasa de niños no escolarizados no se ha movido en años, y el 9 % de los niños en edades entre 6 y 11, ven negado su derecho a la educación.
  • Esto significa que hoy, se niega su educación a 263 millones de niños y jóvenes; la gran mayoría de los cuales vive en los países más pobres.
  • Las disparidades educativas refuerzan las desigualdades económicas mundiales: el 20 % de los niños en edades comprendidas entre los 6 los 11 años, comparado con el 3 % en los países de altos ingresos.
  • y la calidad de la educación está en riesgo: en países de bajos ingresos, hay más de 40 pupilos por profesor de primaria, comparado con la media de 14 a 1 en los países de altos ingresos.
  • A pesar de algunos progresos, la exclusión por género sigue siendo una realidad: hay 5 millones más de niñas que de niños entre los 6 y los 11 años negadas del derecho a la educación.

Este es el motivo por el que la Campaña Mundial por la Educación ha lanzado una campaña mundial de varias fases, por la financiación de la educación, que abarca varios años. Se originó en 2011 y se ejecutó de nuevo en 2014 y 2017 con un objetivo marcado en la conferencia de reabastecimiento de Dakar, en febrero de 2018: Financiar el futuro: educación ahora.

La CME llama a la acción para garantizar cambios significativos en la financiación de la educación (mediante incrementos en la ayuda y la financiación interna) para alcanzar las metas ODS4/Educación 2030. Pedimos a los gobiernos que trabajen más duro para cubrir las grandes brechas financieras de la educación, para abordar el estancamiento de la ayuda a la educación, y la falta de financiación interna de la educación en países de ingresos bajos y medios-bajos.

La campaña pretende garantizar:

  1. un incremento de los recursos internos;
  2. un incremento de las aportaciones bilaterales y multilaterales; y
  3. una acción global por la reforma y la justicia fiscal.

Como tal, la campaña trata con las alianzas público-privadas, y la creciente tendencia de las agencias donantes a financiar escuelas privadas de bajo coste, en lugar de enfocar su esfuerzo en fortalecer la oferta educativa pública. También pone el enfoque en la responsabilidad, y pretende desarrollar y fortalecer la labor basada en evidencias de la sociedad civil, ofreciéndole las herramientas para monitorear de forma estricta las promesas gubernamentales y su gasto en educación.

La Campaña Mundial por la Educación (CME) es un movimiento de la sociedad civil cuyo objetivo es acabar con la exclusión en la educación. La educación es un derecho humano básico, y nuestra misión es asegurarnos de que los gobiernos actúen ahora para hacer realidad el derecho de todos a una educación pública, gratuita y de calidad.