Garantizar una educación de calidad para todos los niños supone un enorme reto de financiación en los países de ingresos bajos y medios. Incluso con el aumento sustancial de los presupuestos de educación en los últimos diez años, especialmente en los países africanos, la financiación no ha seguido el ritmo de la demanda de educación pública. A medida que han ido entrando más y más niños en las escuelas, los presupuestos, ya de por sí limitados, se han ido estirando cada vez más, y los gobiernos han escatimado en áreas críticas, por ejemplo, contratando a profesores poco cualificados y mal pagados. Esta falta de inversión crónica ha dado lugar a unos niveles de calidad terriblemente bajos en las escuelas de todo el mundo en desarrollo, y se calcula que 130 millones de niños de países de renta baja y media no adquieren las competencias básicas de lectura y cálculo en la escuela.

Los gobiernos no sólo tienen que encontrar más dinero para mejorar la calidad de la educación, sino que también tienen que ocuparse de la tarea inacabada de garantizar que todos los niños puedan terminar la escuela primaria. Todavía hay 57 millones de niños que no asisten a la escuela primaria, y se calcula que 120 millones abandonan los estudios antes del cuarto curso: necesitan inversiones específicas para llevarlos a las aulas. Al mismo tiempo, la creciente población joven del mundo en desarrollo también ejerce presión para que se amplíe la escolarización secundaria.

La financiación de estas necesidades contrapuestas constituye un enorme desafío financiero. Esto se ha hecho aún más difícil a raíz de la crisis financiera, especialmente en los países de bajos ingresos, que están luchando para encontrar recursos suficientes para ampliar masivamente su propia financiación, mientras que la ayuda a la educación básica de los países ricos está disminuyendo rápidamente. Esto significa que los países de ingresos bajos y medios necesitarán, casi con toda seguridad, encontrar otras fuentes importantes de ingresos, aún sin explotar.

El informe de la Campaña Mundial por la Educación, A Taxing Business: Financiación de la educación para todos mediante recursos nacionales, identifica cuatro pasos principales para lograr un aumento de los recursos nacionales y el gran impacto que esto podría tener para garantizar una educación pública de calidad para todos.

Datos clave

  1. En Zambia, el gobierno estimó que el país pierde un total de 2.000 millones de dólares anuales por la evasión fiscal de las empresas, más del doble del presupuesto total anual de educación.
  2. En Nicaragua, las exenciones fiscales equivalen a dos veces y media el presupuesto de educación primaria.
  3. Uganda perdió 272 millones de dólares por incentivos fiscales, esto equivale a casi el presupuesto total de educación primaria en 2012
  4. En Kenia, el gobierno ha calculado que todos los incentivos y exenciones fiscales ascienden a unos 1.100 millones de dólares anuales: esto podría duplicar el presupuesto de educación primaria. En un país en el que un millón de niños no asisten a la escuela primaria, esto podría pagar diez veces su escolarización.
  5. En Ghana, un estudio estimó que entre 2007 y 2009, los acuerdos mineros provocaron una pérdida de unos 36 millones de dólares al año.Los 36 millones de dólares perdidos cada año por los acuerdos mineros podrían pagar la formación de 18.500 profesores de primaria sin formación, y podrían haber garantizado la formación de todos los profesores en cuatro años.
  6. Christian Aid calcula que Perú perdió 849 millones de dólares por la mala recaudación del canon minero entre 1994 y 2006, cantidad que podría haber servido para pagar cuatro años de escolarización a cada uno de los casi medio millón de niños en edad de cursar la primaria o el primer ciclo de secundaria que actualmente no están escolarizados en Perú.
  7. La UNESCO ha calculado recientemente que en 17 países ya ricos en recursos o con yacimientos recientemente descubiertos, los ingresos procedentes de los recursos naturales podrían financiar el acceso a la escuela primaria del 86% de los niños no escolarizados si sus gobiernos maximizaran los ingresos generados y dedicaran una parte importante a la educación. Esto podría alcanzar el equivalente a 5.000 millones de dólares al año, dos veces y media la cantidad que estos países recibieron en ayuda a la educación en 2010.
  8. Brasil acaba de aprobar una resolución por la que el 75% de los cánones de perforación que el gobierno brasileño recibe de los yacimientos petrolíferos de la llamada capa "presal" se invertirán en educación. Esto podría equivaler a 75.000 millones de dólares en los próximos diez años.

La Campaña Mundial por la Educación (CME) es un movimiento de la sociedad civil cuyo objetivo es acabar con la exclusión en la educación. La educación es un derecho humano básico, y nuestra misión es asegurarnos de que los gobiernos actúen ahora para hacer realidad el derecho de todos a una educación pública, gratuita y de calidad.