El 12 de agosto celebramos el Día Internacional de la Juventud. Un día en el que hay que recordar detenerse y reflexionar durante un segundo sobre el papel que juegan los jóvenes como los creadores del cambio en este mundo.

A lo largo de la historia, los jóvenes han demostrado ser los líderes del cambio a fin de conseguir sociedades más justas, igualitarias y democráticas en todo el mundo. Los estudiantes suelen ser los primeros en salir a las calles cuando sus derechos humanos se ven amenazados, como lo hicieron en Hong Kong, por ejemplo. Y, por ende, a menudo también son los primeros en ser sometidos a persecución, arresto, golpes, secuestros, torturas y, en algunos casos, en ser asesinados. Esto se demostró tristemente la semana pasada en Sudán, cuando cinco estudiantes de secundaria fueron asesinados a tiros además de haber más de 60 heridos, algunos por francotiradores, cuando se manifestaban en Al-Obeid contra la falta de combustible y de pan.

Estudiantes en Riesgo

A pesar del hecho de que los jóvenes y los estudiantes están a la vanguardia de los movimientos más progresistas y persistentes para que haya un cambio democrático, se impongan los derechos humanos, la libertad académica o el tema del clima, en todo el mundo aún se sigue descuidando y marginando a los jóvenes o se les percibe como «demasiado jóvenes» para ser tratados como iguales en los procesos de la toma de decisiones importantes.

No se podrán imponer con éxito la democracia y la igualdad, a menos que las construyan personas, sociedades, mentes libres críticas y todos aquellos que se atrevan a estar al frente de la lucha por un mañana mejor. Nos referimos a aquellos que se atrevan a continuar con la lucha y a aquellos que se nieguen a ser doblegados por un sistema injusto que les arrebate de sus derechos. A menudo estas personas suelen ser estudiantes.

Los líderes estudiantiles y activistas juveniles continúan criticando los regímenes opresivos, las violaciones de los derechos humanos, la corrupción y las fuerzas antidemocráticas y luchan por su derecho a una educación digna en todo el mundo, como recientemente se ha demostrado en Sudáfrica, Albania o Brasil. Sin embargo, todo esto a menudo tiene un precio para su futuro, ya sea a través de palizas, persecución y asesinatos o negándoles el acceso a la educación y a trabajos futuros por expulsión y exclusión sistemática.

Debemos proteger a los líderes del mañana

A pesar de todo esto, no vemos que haya muchos programas o iniciativas a nivel mundial con el objetivo de proteger a los líderes estudiantiles y activistas juveniles que luchan por este cambio. Existen iniciativas brillantes e importantes que protegen globalmente las voces de académicos, artistas y periodistas, pero pocas protegen a nuestros estudiantes.

El Programa Noruego para Estudiantes en Riesgo ha estado protegiendo con éxito a los estudiantes líderes de la educación superior que han estado sometidos a persecución, amenazas o expulsión, a través de becas que permiten a estos estudiantes finalizar sus estudios, expandir su red global y regresar como activistas aún más fuertes. Pero el número de becados es limitado en comparación con la extensa necesidad.

El ODS4 tiene como objeto garantizar una educación de calidad para todos. El ODS 4.7 promueve la ciudadanía global y la educación para el desarrollo sostenible y el 4.B apunta a ampliar sustancialmente el número de becas a nivel mundial. Estas becas deberían dedicarse a proteger a los creadores del cambio de este mundo y conectar a los estudiantes de todos los continentes para participar en la lucha global para proteger los derechos humanos. La educación es la herramienta más importante para cualquier tipo de cambio y si nosotros, como sociedad civil internacional, deseamos un mundo más justo que se base en la paz, la equidad y los derechos humanos, debemos proteger a quienes están al frente de la lucha por estos derechos; es decir, la juventud.

Debemos proteger a los líderes del mañana y asegurarnos de que no tengan que renunciar a sus posibilidades de obtener una educación digna, sino que estén bien equipados de las herramientas más poderosas que tengamos – la educación. Que estén incluidos en los procesos de toma de decisiones como iguales y que sean reconocidos como una fuerza importante e imprescindible hacia un futuro mejor.

Frederikke HogsgaardFrederikke Høgsgaard es la representante danesa de la Coalición Nacional Danesa para la Educación. Es estudiante de maestría en Estudios de Desarrollo Internacional y Estudios Mundiales, además de ser miembro del Comité Internacional de la Unión Nacional de Estudiantes de Dinamarca (DSF) que representa a estudiantes daneses de la educación superior en asuntos de la esfera internacional. Esto incluye ser miembro de la Comisión Nacional Danesa y del comité ejecutivo de la UNESCO, la Unión Europea de Estudiantes (ESU) y de la asociación mundial con la Unión Nacional de Estudiantes de Zimbabue (ZINASU).

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La Campaña Mundial por la Educación (CME) es un movimiento de la sociedad civil cuyo objetivo es acabar con la exclusión en la educación. La educación es un derecho humano básico, y nuestra misión es asegurarnos de que los gobiernos actúen ahora para hacer realidad el derecho de todos a una educación pública, gratuita y de calidad.